miércoles, 22 de agosto de 2012

Crónica Sebastián Cuchumbé.


Santiago de Cali, sábado 19 agosto, 2012.
Yo soy Sebastián Cuchumbé, tengo 17 años. Actualmente estoy estudiando primer semestre de Ingeniería de Sistemas, en la universidad San Buenaventura, seccional Cali. Cuando desperté eran como las 9:00 am, decidí dormir un poco más, no me gustaba levantarme tan temprano y menos después de a ver madrugado toda la semana, así que hice un rato de pereza para ver si podía dormir siquiera una hora. Mi esfuerzo fue en vano no pude dormir y ya estaba aburrido de estar acostado, así que me levante, mire el reloj y solo pasaron 30 minutos; luego fui al baño y después de eso fui a ver como amaneció mi hámster, estaba más que bien disfrutaba estar comiendo sus semillas, así que fui por un pedazo de zanahoria para  dárselo pero lo rechazarlo. Me  quede un rato viéndolo hasta que se quedo dormido, era muy común que mi familia se despertara primero que yo,  mi padre me estaba llamando para pedirme un favor, me dijo que fuera a la panadería  y comprara el desayuno, como recién nos aviamos mudado, muchas cosas queda a distancias consideradas entre ellas la panadería; no me gusto la idea de caminar tanto y menos con un sol tan ardiente como el de aquella mañana, acepte la orden de mala gana y partí a la panadería. Tenía hambre, pero la más insoportable era el sol de aquella mañana, parecía que me apuntara únicamente a mí acelere un poco mi marcha para encontrar un lugar con sombra. Llegue a una parte donde había algunos árboles, eran pequeños pero su sombra era reconfortante alcance a ver un pareja de canarios parecía que estuvieran en la misma situación que yo buscando sombra, decidí hacerme a un lado y no molestarlos, nunca me ha gustado la idea de molestar ningún tipo de animal. Continuando con mi camino al ver al cielo veo un pequeño grupo de pájaros parecían flechas de color negro con blanco que bailaban en el aire y luego de eso veo un pequeño insecto saltarín, pensé que tal vez huía de mi o del grupo de pájaros.
Después de cruzar una peligrosa carretera muy concurrida, el sol se había hecho más tolerable pues en mi camino había un grupo de árboles grandes que me proporcionaron sombra durante el resto de mi trayecto; continuando con mi recorrido veo un rió con bolsas de basura y una llanta, de inmediato a mi cabeza vino la idea que las personas de aquí no eran muy amigables con el ambiente, para confirma mi idea paso por un segundo rió y este estaba  todavía peor que el anterior y para rematar tres restaurantes con fogones de leños, en cierta forma me irrito, cuando llegue a la panadería fui atendido rápido y amablemente, así que hice el mismo camino con los mismo dos rió que me dieron otro pensamiento, ¿Por qué los humanos somos tan desconsiderado con el planeta, si este nos da alimento y vivienda sin esperar nada a cambio?, pero de nada servía pensar en eso ahora, casi todo el trayecto fue lo mismo un que otro pájaro y el mismo sol con su insoportable luz la única diferencia, fue tal vez un rebaño de vacas que me tomo por sorpresa pues no más no separaba un alambre de púas, en el cual no confiaba mucho. Ya regresado a casa calcule el tiempo que tarde pensé que fue tal vez media hora, y al entrar a casa lo primero que dice mi padre es: ¿por qué has demorado tanto?

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